lunes, 21 de febrero de 2011

retazos del pensamiento

Y yo, embelesada con cada una de tus facciones.
Y el reloj que dice que no se para.
Horas que parecen segundos.
Despidiendote cuando casi parece que aún no he llegado.
Y como siempre: a la tercera taza se acaba el té.
Y al llegar a casa me invade la ñoñería,
y vuelvo a empezar a echarte de menos;
y vuelvo a preguntarle a la vida
porque hay cosas tan imposibles,
y a preguntarme a mí misma porque son
las que más me encantan. Y como siempre,
no llego a ninguna conclusión... sólo sonrío.